sábado, 11 de junio de 2011

EL VAQUERITO

Entre los grandes ejemplos de valentía que abundan en nuestro pueblo, sobresale el de un joven muy humilde, que alcanzó un lugar cimero entre los héroes eternos de la Patria: Roberto Rodríguez Fernández.

Nacido el 7 de junio de 1935, en la finca El Mango, de la zona de Bellamota, en la provincia de Sancti Spíritus, con solo nueve años, el pequeño Cusín, como le llamaban en el seno familiar, tuvo que realizar diversas labores agrícolas en el campo para ayudar al sustento del hogar.

Cuando ya era un joven, los esbirros de Batista le dieron una paliza por ser desafecto al régimen imperante, como sucedía muy a menudo por entonces y así creció en él la idea de marchar a la Sierra Maestra, para combatir al tirano de turno.

Hasta ese lugar del Oriente cubano llegó pobre de ropa, descalzo y con una gran facilidad para andar con rapidez por los estrechos trillos de las empinadas lomas, tarea que para otros era difícil, por lo que asumió con gran responsabilidad esa labor, tan necesaria para las comunicaciones de la guerrilla.

Al conocer de sus necesidades, la heroína Celia Sánchez le dio unas botas que eran de ella, pero que se ajustaron con facilidad a su pie pequeño y junto a estas, una camisa a cuadros, por lo que desde entonces sus compañeros le llamaron El Vaquerito.

El Comandante Ernesto Guevara incorporó al capitán Roberto Rodríguez Fernández a la Columna bajo su mando y luego lo designó al frente del Pelotón Suicida, por la gran valentía y audacia demostrada en cada uno de los combates en los que participó.

El joven combatiente brilló por su arrojo, durante la toma de los municipios de Cabaiguán, Fomento, Placetas, Remedios y Caibarién.

El 31 de diciembre de 1958, durante la batalla de Santa Clara El Vaquerito fue herido de un certero balazo en la cabeza, a consecuencia de lo cual murió horas después. Al conocer la triste noticia, el Che dijo: ”Me han matado a cien hombres ¡y qué cien hombres!”.

Sobre el heroico combatiente caído, también expresó el Comandante en Jefe Fidel Castro en la clausura del Quinto Congreso del Partido Comunista de Cuba:”El hombre tiene más virtudes de lo que se imagina. Recuerdo cuando llegó El Vaquerito, tan conocido, a la Sierra Maestra, se apareció con unas botas de vaquero, por eso le pusieron El Vaquerito”.

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